Gaza irrumpe en el Pleno de Telde y obliga a retratarse

El Pleno de Telde, que tantas veces se enreda en papeles, informes y discursos vacíos, tuvo este viernes un destello de realidad: Gaza irrumpió en el salón y obligó a los concejales a retratarse. Y lo hizo con la crudeza de una palabra incómoda: genocidio.

Alejandro Ramos (PSOE) planteó la moción como lo que es: un grito humanitario. Pero siempre aparece quien intenta diluir la tragedia en formalismos o taparla con discursos de manual. Ahí estuvo la representante de Vox, Esmeralda Cabrera, empeñada en reducir la masacre a una “cortina de humo” del PSOE. Nada nuevo: el negacionismo en vena, el ruido por encima de la ética y la costumbre de confundir cinismo con valentía.

El PP, por su parte, jugó al equilibrismo semántico. Reconoce que lo de Gaza es una barbarie, pero no se atreve a llamar genocidio al genocidio. Prefiere camuflarlo bajo el eufemismo de “riesgo plausible”, como si la Corte Internacional de Justicia dictara la brújula de la conciencia. Lo llaman prudencia, pero huele a cobardía política: intentar estar en misa y repicando, condenando con la boca pequeña para no molestar a nadie.

Mientras tanto, Nueva Canarias y otros ediles recordaron lo obvio: que Telde ha sido históricamente un municipio solidario, pionero en cooperación internacional. Y que en pleno siglo XXI no se puede jugar a la tibieza cuando se asesinan niños, mujeres y ancianos a diario. Héctor Suárez lo resumió mejor que nadie: “Aquí hablamos de Gaza. Quien quiera posicionarse, que lo haga sin eufemismos”.

El resultado fue una mayoría aplastante: 25 votos a favor y solo Vox en contra, tal y como avanzó este periódico a los pocos minutos de finalizar el Pleno municipal. Pero el debate dejó una lección amarga: hay quienes, por sectarismo o por miedo a las palabras, prefieren mirar hacia otro lado.

En Gaza se muere; en Telde, al menos, se vota. Pero que nadie se engañe: cuando se blanquea la realidad con palabras suaves, también se mata un poco la dignidad.